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CAPÍTULO DE POLÍTICAS PÚBLICAS

En el actual contexto de la evolución que tiene nuestra sociedad, la Salud Pública y en especial la Salud Mental, se hace imprescindible e imperioso rediseñar dichas Políticas Públicas con una actualización de contenidos, definiendo un claro y coordinado enlace entre las Instituciones; desde El Individuo y la Familia, como núcleo central, hacia Centros Asistenciales Comunitarios, Hospitales Generales, e Instituciones de Alta Complejidad Psiquiátrica u Hospitales Monovalentes, en forma bidireccional. Para esto es intención de los integrantes de este Capítulo, el estudio, elaboración y formulación de estrategias en Políticas de Salud Mental, con los siguientes objetivos:
Comprender al ser humano como una unidad biopsicosocial.
Abordaje del individuo, desde la interdisciplina, complementándose la visión social, con la psicología y la psiquiatría.
“Jerarquizar” la psiquiatría, superando los prejuicios que se le han adosado, en referencia, por ejemplo, a la psicofarmacología, como obturadora del pensamiento, destacando la acción terapéutica de los mismos, en defensa de la salud, la calidad de vida y los derechos humanos.
Definir y actualizar, las indicaciones y procedimientos técnicos, para la implementación de terapéuticas fisicoquímicas, como el tratamiento electroconvulsivo.
Estimular la perspectiva psiconeuroinmunoendocrinológica, en el abordaje de la investigación y terapéutica psiquiátrica.
Incursionar con aportes, en otras áreas, como por ejemplo; la Educación, Protección Social, Actividades Deportivas, Economía, etc.
Redefinir estructuras institucionales, esclareciendo las incumbencias, limitaciones, y complementariedad de las mismas. Ej: Qué, Cómo y Cuándo, internar y/o derivar un enfermo mental.
Desarrollar programas de asistencia interdisciplinaria, especialmente en el área de Adicciones.
Desarrollar programas de investigación y formación universitaria.
Revisión, debate y elaboración de reforma, sobre la Ley de Salud Mental Nº 26657.
Es importante destacar, que estos objetivos, anteriormente mencionados, deberán ser desarrollados transversalmente, con los siguientes paradigmas:
Estimular el diálogo entre “diferentes” lineamientos ideológicos o científicos, desjerarquizando las grietas y estimulando el diálogo, al servicio del enfermo mental, la familia y la comunidad.
Fomentar “la escucha”, como herramienta terapéutica y de convivencia social.
Desarrollar en la comunidad, mayor tolerancia ante la frustración.
Estimular el pensamiento, proceso secundario, regido por el principio de realidad, sobre el proceso primario, regido por el principio del placer.
Programar estrategias y abordajes en diferentes áreas, para desarrollar individuos con resiliencia.
Tener como paradigma central de toda Política Pública; La ÉTICA con sus cuatro pilares: 1) Respeto por la autonomía. 2) Estímulo de la beneficencia y solidaridad. 3) No maleficencia 4) Justicia Social.